Llega la primavera, una época asociada con flores, colores vibrantes y renacimiento. Queda atrás el frío invernal, los días se vuelven más largos e invitan a pasar la tarde al aire libre, para disfrutar de las múltiples actividades y festivales que acompañan a la temporada. Sin embargo, hay una parte de la población que pareciera no poder disfrutar de todo esto de la misma manera que el resto: quienes sufren (sufrimos) de alergias.
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Las alergias se producen por una respuesta exagerada del sistema inmune a factores externos que normalmente son inofensivos, como el polen, algunos animales, ácaros del polvo y un largo etcétera. La respuesta en el organismo puede ir desde una comezón en la nariz, ojos llorosos y estornudos, hasta irritación en la piel o complicaciones respiratorias.
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¿Qué causa las alergias?
Las alergias se desarrollan por factores genéticos y ambientales, así que tristemente parecería una cuestión de suerte. Según la interacción entre estos, el sistema inmune puede sensibilizarse ante ciertos elementos y desarrollar respuestas alérgicas. Más a detalle: al entrar en contacto con una sustancia que detone la reacción alérgica (alérgeno), el sistema inmune produce anticuerpos, entre ellos la inmunoglobulina E, la cual libera a su vez histamina y causa los incómodos síntomas que ya conocemos.
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Estos padecimientos fueron tema de mucha investigación durante el siglo XX, y aunque previamente ya existía registro de las reacciones ante ciertos factores externos, la palabra alergia fue acuñada hasta 1906 por el pediatra austriaco Clemens von Pirquet. Las pruebas para determinar a qué sustancias se es alérgico, también son producto del siglo anterior.
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Alergias más comunes en la Ciudad de México
Gracias a las estaciones de monitoreo de la Red Mexicana de Aerobiología (REMA) sabemos que la presencia de polen más predominante es del fresno (Fraxinus) con un enorme 52%. Le siguen árboles y arbustos de jardín de la familia Cupresaceae (ciprés, enebro, cedro y otras especies) con un 17.7%. Al final están el pino y el encino con un 4.9% cada uno; y otros arbustos y pastos con un menor porcentaje. Es de esperarse que esta vegetación provoque reacciones alérgicas en la población, aunque cada persona puede estar expuesta a diferentes alérgenos de acuerdo a su contexto individual.
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Afortunadamente, los avances médicos incluyen tratamientos para disminuir gradualmente las reacciones a estos agentes y permitir que las personas con alergia disfruten de su día a día sin tantas molestias. Desde antihistamínicos, hasta vacunas personalizadas hacen que una salida al campo no sea sinónimo de estornudos e irritación, sino algo realmente disfrutable.
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