En lo que alguna vez fue un lago rodeado por un boscoso territorio en el Valle de México y hoy yace una gigantesca Metrópoli, todavía se escucha el canto de las aves. Sin embargo, las especies que habitan y han habitado este espacio no siempre han sido las mismas.
Pájaros como el cenzontle y el colibrí han sido inmortalizados por el México prehispánico, uno por su canto aludido en la poesía de Nezahualcóyotl y el otro por la ornamentación que con sus plumas adornaba los accesorios de la clase gobernante de la gran Tenochtitlan.
Actualmente, podemos pensar en las aves que habitan esta ciudad en tres principales grupos: endémicas, introducidas y migratorias.
Las especies endémicas que más fácilmente se puede encontrar en un día cualquiera por la CDMX son el Zanate mexicano y la Tortolita mexicana, tal vez el pájaro carpintero bellotero, principalmente en áreas boscosas.
Entre las especies introducidas a esta región podemos destacar al gorrión común, al que mucha gente se refiere como “esos pajaritos cafés de la ciudad” y las palomas, que parecieran acompañar toda plaza principal e iglesia.
Hay también aves cuya estancia en la ciudad es por temporadas, que vienen y van según la estación, el clima y sus ciclos reproductivos. Las golondrinas comunes y el mismo cenzontle del que hablamos antes pertenecen a este grupo.
Las aves son importantes en el medio ambiente por diferentes funciones ecológicas que van desde la polinización y transporte de semillas hasta el control de plagas. Además de que su presencia o ausencia es considerada un indicador de la salud de cada ecosistema.
En el parque La Mexicana, estamos muy felices de proveer un refugio a las distintas especies de aves que diariamente nos visitan y que hacen de este espacio su hogar, aunque sea temporal.