Resulta paradójico pensar que estos milenarios ecosistemas dependan hoy en día del activismo férreo y capacidad de innovación de los jóvenes. Sin embargo, el porvenir de las montañas y cordilleras, así como del 15% de la población humana que vive en ellas, necesita urgentemente de tecnología y estrategias de adaptación para lograr un futuro sostenible.
En el marco del Día Internacional de las Montañas 2024, la conversación y los objetivos giran en torno al empoderamiento y formación de nuestros jóvenes con el fin de enfrentar los efectos del cambio climático en estos ancestrales hábitats. Estas invaluables áreas de nuestro planeta son muy representativas de la terrible situación de desigualdad en la que actualmente vivimos, ya que, por un lado, son un importante suministro de agua dulce que se usa para la agricultura y energía limpia, y por el otro, alberga 25 de los 34 puntos críticos de biodiversidad de todo el mundo. Además, a pesar de ser una fuente significativa de recursos, su población se encuentra entre las más pobres del planeta.
Asimismo, su fuerte sobreexplotación debida a la desmedida tala de árboles y la contaminación del agua hacen que estos ecosistemas sean aún más vulnerables a la erosión y a la poca productividad de la tierra, lo cual afecta las poblaciones rurales.
Todos estos factores ponen en el foco una realidad innegable: necesitamos el compromiso con el activismo de los jóvenes. Necesitamos su alto sentido de la responsabilidad con la justicia social, y sus grandes capacidades para generar soluciones creativas que impulsen estrategias innovadoras y sustentables, así como resiliencia en las poblaciones para que entre todos aseguremos el futuro de nuestras montañas.
Otro de los puntos clave del enfoque de este año consiste en promover el trabajo docente y empleo de calidad para los jóvenes, ya que a través de ellos se llevará el mensaje sobre la importancia de la protección de estos ecosistemas. De la misma manera, es indispensable que haya oportunidades empresariales que les permitan empoderarse y ser tomadores de decisiones que garanticen a largo plazo el futuro de nuestro planeta.
Existen, por supuesto, todavía muchos retos para llegar a los objetivos deseables respecto al futuro de nuestras montañas… Sin embargo, hablar de ello y generar consciencia entre todos ¡es el primer gran paso para llegar a ellos! Habla con tu familia y seres queridos sobre cómo puedes impactar positivamente y comienza a ser parte de la solución.