Frida Kahlo, nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, es una de las figuras más emblemáticas de la cultura y el arte mexicano. Su vida y obra han trascendido fronteras, convirtiéndose en un símbolo de resistencia, identidad y pasión.
Desde temprana edad, Kahlo enfrentó diversos retos: a los seis años contrajo poliomielitis, lo que le dejó secuelas en su pierna derecha. Este evento influyó profundamente en su arte y vida. Posteriormente, a los 18 años, sufrió un grave accidente de tranvía que le causó múltiples fracturas, dejándola postrada en cama durante largos periodos. Durante esta prolongada convalecencia, comenzó a pintar. A lo largo de su vida, Frida se sometió a más de 30 operaciones debido a las secuelas de su accidente y otras complicaciones de salud.
La obra de Frida Kahlo se caracteriza por su estilo único, en el que fusiona elementos del arte popular mexicano con surrealismo, aunque ella misma rechazaba esta etiqueta. Sus pinturas son profundamente autobiográficas, reflejando sus dolores físicos y emocionales, así como su compleja relación con Diego Rivera, su esposo y también un destacado muralista mexicano. Entre sus obras más famosas se encuentran “Las dos Fridas”, “La columna rota” y “Autorretrato con collar de espinas”. Más del 55% de sus obras son autorretratos, donde exploraba su identidad, su dolor y sus emociones.
Además de su talento artístico, Frida Kahlo fue una ferviente defensora de la identidad mexicana y una activista política comprometida. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano y participó activamente en movimientos sociales y políticos de su tiempo. Su amistad y hospitalidad al líder revolucionario ruso León Trotsky durante su exilio en México, destaca su compromiso con las causas sociales. Frida también adoptó y promovió la vestimenta tradicional mexicana, especialmente los trajes de Tehuana, como una forma de reivindicación cultural y política.
Frida mantuvo relaciones tanto con hombres como con mujeres, un aspecto inusual para su época y una faceta importante de su vida personal. Su estilo de vida y su vestimenta influenciada por la cultura indígena, la convirtieron en un símbolo de orgullo nacional y resistencia cultural. Mantuvo un diario personal durante los últimos diez años de su vida, donde plasmó pensamientos, sueños y dibujos, ofreciendo una visión íntima de su mundo interior.
El legado de Frida Kahlo trasciende su obra pictórica. Su casa natal, la Casa Azul, es hoy un museo dedicado a su vida y obra, atrayendo a miles de visitantes de todo el mundo. Su imagen ha sido reinterpretada en la moda, el cine y la literatura, convirtiéndola en un ícono global.