El 16 de septiembre de 1810 es una fecha que se graba en nuestra memoria colectiva como el inicio de un gran cambio. En la madrugada de ese día, el cura Miguel Hidalgo, en un acto de valentía y esperanza, hizo sonar las campanas de la iglesia en Dolores Hidalgo para convocar al pueblo. Este momento, conocido como el “Grito de Dolores”, marcó el comienzo de la Guerra de Independencia de México.
Durante los once años siguientes, nuestra nación vivió intensos momentos de lucha y sacrificio, con figuras como Hidalgo, Josefa Ortiz, José María Morelos, y Agustín de Iturbide, que desempeñaron papeles cruciales en esta batalla por la libertad. Estos héroes y sus seguidores no solo buscaban liberarnos del yugo, también establecer un país donde la voz del pueblo tuviera un papel central en la construcción de su futuro.
Querétaro, cuna de la Independencia, fue testigo de las primeras conspiraciones y el fervor de aquellos que soñaban con una nación libre. Es increíble pensar que el sueño de libertad que nació en aquel rincón del país se extendió por toda la vasta extensión de México, impulsando a generaciones a luchar por un futuro mejor.
Hoy, cada 15 de septiembre, el repique de la Campana de Dolores, que Miguel Hidalgo hizo sonar hace más de dos siglos, sigue siendo un símbolo poderoso de esa lucha. Su historia, y la de todos quienes participaron en ella, nos recuerda la importancia de valorar y proteger la libertad y la democracia que construyeron para nosotros.
Así, cuando nos reunimos para celebrar nuestras fiestas patrias, lo hacemos no solo para recordar el pasado, sino para renovar nuestro compromiso con los valores y principios que nuestros antepasados defendieron con tanto fervor. ¡Viva México y viva la libertad que nos unió!
Fuente: https://www.gob.mx/agroasemex/articulos/209-aniversario-del-inicio-de-la-independencia-de-mexico?idiom=es