Migración aviar, la travesía emplumada que llega a todos los rincones del planeta

Uno de los más bellos espectáculos que nos ofrece la naturaleza es sin duda el protagonizado por las aves migratorias año con año. Desde los grandes pelícanos blancos hasta los pequeños colibríes Calíope, una gran cantidad de especies emplumadas surcan no solo los aires sino también la tierra para buscar alimento, un lugar óptimo para reproducirse o criar a sus polluelos. Incluso, ¡algunas de ellas recorren hasta 96,000 kilómetros solo para llegar a su destino! Por ello, y para conmemorar estas magníficas travesías, te contamos algunos datos interesantes sobre las aves migratorias.

Foto: Freepik

Un detalle muy importante a resaltar es que no todas las aves son migratorias, o completamente migratorias. Se sabe que, de las 10,000 especies conocidas de aves, solo la mitad migra y hay algunas que lo hacen solo parcialmente, es decir, que algunas poblaciones o individuos dentro de la misma especie migran en tanto que otros se quedan en la base donde habitan normalmente. Un ejemplo es el petirrojo americano, que mientras algunos se quedan en su zona de reproducción, otros van al sur y luego regresan al norte.

Por otro lado, es interesante que pensamos en las migraciones como recorridos hacia los puntos cardinales; sin embargo, algunas aves migran hacia diferentes altitudes. Uno de estos casos es el junco ojilumbre (ojo de lumbre) que habita las partes altas de las montañas al norte de México y en invierno bajan de ellas para tener más acceso a alimento. (Haz clic aquí si quieres escuchar el canto de estos magníficos pajarillos).

Foto: Mike Charest

Ahora bien, en lo que respecta a la longitud de estos viajes, el primer lugar lo tienen los charranes árticos, quienes vuelan hasta 96,000 kilómetros de polo a polo durante su migración. Y por tierra, impresiona que los pingüinos Adelia, al no ser aves voladoras, caminan hasta 17,000 kilómetros desde la Antártida hasta la región del Mar Ross en búsqueda de un lugar adecuado para reproducirse, así como alimento.

Asimismo, la mayoría de las migraciones suceden de noche, ya que las aves utilizan la luz de la luna y las estrellas para orientarse, y el día para comer y descansar. Sin embargo, se sabe que estas maravillas de la naturaleza poseen una brújula interna que les permite identificar el rumbo que deben tomar para llegar a su cálido destino; e incluso los individuos más jóvenes recorren casi exactamente la misma ruta que las aves más experimentadas.

Foto: María Ulloa

Finalmente, en La Mexicana no nos quedamos atrás, ya que nuestro lago fue elegido por una parvada de patos como su nuevo hogar. ¡Y después de unos años, ya son más de 30 ejemplares que residen permanentemente en nuestro parque!