El invierno, esa época en la que acostumbramos hacer el recuento del año, nos guardamos en casa con un chocolate caliente para conservar la temperatura y hacemos una pausa en nuestras actividades cotidianas. Sin embargo, ¿sabías que en la tradición del yoga, el solsticio de invierno es una fecha que marca un nuevo comienzo?
Cada 21 de diciembre, aproximadamente, ocurre en el planeta un fenómeno celeste llamado solsticio de invierno: debido a la inclinación del eje de la Tierra, experimentamos en el hemisferio norte la noche más larga. Dicha alineación planetaria ha dado lugar a diversos simbolismos y rituales, ya que representa un momento de cambio en los ciclos de nuestra vida.
Dentro de la filosofía yogui, esta larga noche significa el comienzo del crecimiento de los días, y por ende, representa la victoria de la luz sobre la oscuridad. Es el momento perfecto para plantearnos objetivos, desechar lo que ya no queremos y dar cabida a los proyectos nuevos.
Para ello, los yoguis en todo el mundo celebran esta fecha a través de su práctica con, nada más y nada menos que: ¡108 saludos al sol! Este ritual es importante, ya que es la manera ideal para abrir y cerrar ciclos, así como para preparar la mente y el cuerpo para los cambios venideros. Asimismo, en las diferentes tradiciones orientales, el número 108 se considera sagrado: el 1 representa lo divino, el 0 el vacío y el 8 lo eterno o infinito. Finalmente, el ritmo de estos movimientos y la respiración coordinada inducen al cuerpo a un estado meditativo que te permite entrar en armonía con la energía del cosmos presente en esta fecha.
¿Listo para alcanzar tus metas con la ayuda del universo? No olvides que la conexión con la naturaleza es indispensable para tu bienestar, por ello en el Parque La Mexicana encontrarás muchos espacios para llevar a cabo esta práctica yogui y recibir el invierno con el pie derecho.