Algo que debemos saber, estar rodeado de naturaleza es un auténtico regalo para el alma. Salir al aire libre y disfrutar de un poco de verde es como tomar un respiro profundo después de haber estado atrapado en el bullicio de la ciudad. Esa sensación de libertad es casi mágica, te hace recordar y revalorar las cosas realmente importantes de la vida. Además, es el lugar ideal para meditar o practicar mindfulness; te alejas del ruido y te conectas con una parte posiblemente olvidada o silenciada de ti.
Hablemos un poco de la desconexión virtual, porque con tanto tiempo frente a pantallas, es fácil terminar con un dolor de cabeza cuando menos. La fatiga virtual es real, amigos. Al estar en la naturaleza, tienes la oportunidad de mirar tu entorno y dar un descanso a tu mente y, muy importante, ojos. Estudios indican que pasar más tiempo al aire libre puede ayudar a prevenir un montón de enfermedades, así que, ¡deja de dudarlo y sal!
Y aquí viene la parte divertida: la naturaleza también puede ser un disparador de nuestra motivación y creatividad. Al desconectarnos de nuestras responsabilidades diarias, encontramos ese espacio para conocernos mejor y dejar volar un poco nuestra imaginación. Es un poco como lo que experimenta la protagonista de “Comer, rezar, amar” ¿la has visto?, donde la búsqueda de uno mismo y de la conexión con el mundo nos lleva a lugares inesperados.
Finalmente, pasear por un parque o un bosque es como un bálsamo para el buen humor. Los estudios demuestran que después de estar en un entorno natural, la mayoría de la gente se siente con más energía y al mismo tiempo en paz. Así que, ya lo sabes: salir al aire libre puede hacer maravillas por ti. ¡Aprovecha y disfruta de todo lo que la naturaleza tiene para ti!
